Hoy hace cinco años entré a DIF.
Por. Psic. Alejandro Castro Ledesma.
11 de septiembre de 2013
Hoy hace cinco años entré a DIF,
me ha dado un sinfín de satisfacciones en la atención de mis pacientes, aún
cuando se trabaja con lo que hay o con lo que deciden proporcionar aquellos que
llegan a ocupar los puestos de mando, que están (por el tiempo que duren sus
cuates en el poder) aún sin tener idea de cómo llevar un equipo de trabajo y
administrar el recurso.
Aquí sin duda lo más
significativo que obtuve fue el conocer a la mujer con la que comparto mi vida,
aún cuando esto generó que la movieran de área y horario, claro había que
prevenir, que tal si además de desarrollar los proyectos que se implementan
fuéramos a hacer una cochinada en la oficina, si no se nos había ocurrido en
cuatro años quizás este sería el bueno.
Me proporciona un centro de desarrollo
infantil para mi hijo (al cual no concebí en horario de oficina), pero no se me
permite salir unos minutos para entregarlo o recogerlo, aún cuando el centro
esta a un costado de la oficina. Claro hay que procurar el desarrollo integrar
de las familias que se atienden no de las propias.
Agradezco a quien me puso en este
empleo que tanto me ha dado, del que me he beneficiado y aprendido, en donde
también he dejado, ideas, propuestas, tiempo, paciencia, creo que es tiempo de
cumplir aquello que con toda la confianza que da ser joven (más aún) dije
alguna vez “yo no voy a estar toda la vida aquí”, quise que fuera el trampolín
para cumplir la meta de una maestría en el extranjero pero mi proyecto de vida
cambió, tuve lo necesario para irme, pero decidí ser esposo y papá, en vez de
boletos de avión compré cuna y flores, en vez de colegiatura pagué pañales y
paseos, me desvelé arrullando o haciendo el amor y no leyendo, tengo la dicha
de compartir mi vida en vez de andar por el mundo solo, escucho un te amo y un
papi cada día lo que sin duda es lo más maravilloso que puede haber en la vida.
Si bien estos cinco años ponen en
perspectiva un proyecto de vida que ha sido aplazado, al menos en su meta a
largo plazo, puedo ver que aquellas a corto y mediano se cumplen, que no lo he
dejado de lado ni mucho menos olvidado, la diferencia es que hoy lo comparto y
eso es algo que tengo que agradecer, por que el motor de mi vida no es mi
familia son mis ganas de cumplir mis metas el ímpetu por desarrollarme, la
familia es el combustible que alimenta ese motor, que lo que tienen para dar
solo yo puedo darle un valor, puede ser uno negativo si los culpo por aplazar
mis sueños o puedo darle uno positivo si permito que las caricias de mi esposa
me quiten el estrés y las risas de mi hijo me alegren el corazón.
En esta ocasión el blog ha ido
más enfocado a mi que a un tema en particular, pero mi intención no ha sido la
de contarles un poco de mi vida, sino de brindar mi perspectiva de las cosas,
pienso que cada individuo decide como vivir, en la consulta escucho quejas por
lo mal que se portan los hijos, por la falta de dinero, de comunicación, que si
son ingratos, que no reconocen los
sacrificios, etc.; reflexionando estoy seguro que si cada quien hace un
ejercicio de ver en su interior, reconocerá que mucho de lo que tiene en la
vida ha sido una consecuencia de sus decisiones, que cuando nos hacemos
responsables de nosotros mismos, lo demás viene por añadidura, por que solo yo
decido darle un valor especial a lo que hago primero ante mi y luego ante los
demás, si uno mismo no valora su esfuerzo como esperar que otro lo haga, aún
cuando sean personas tan significativas como una esposa, hijos o padres.
Los límites nos los ponemos
nosotros mismos, en otro espacio he hablado de cómo se deteriora un programa
institucional, el cual titulé: “el pez no se pudre por la cola”, en el caso de
un individuo su vida se pudre cuando no se hace responsable por las decisiones
que toma.
Conmovida por tus palabras, siempre agradecida por encontrar en mi vida a alguien como tú que puede expresar lo que siente sin que se consuma con lo malo. Admiro tus ideas que reflejan la ética y pasión con la que realizas tu trabajo, y eso pocos profesionistas lo tienen. Te sigo...
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